Ciudades educadoras
!Por fin acabó el verano! Comienza un nuevo curso y no solo escolar, también el municipal. Hay que decir que no hemos tenido muy buenas notas a nivel de convivencia. Menudo veranito. Noches de ruidos en las calles hasta las tantas, música de coches a todo volumen, motos a todo gas, defecaciones de perros por las calles, adultos haciendo pis en las vallas de los parques donde después juegan los niños… Pero todavía hay mucho más, ¿cómo se pueden autorizar tres conciertos en una misma noche? ¿Y autorizar fiestas semana tras semana sin controlar los decibelios?
Pero tranquilos que esto no es lo peor. Cuando se acaba la fiesta y empiezas a dormir, sacamos la famosa barredora y al señor con el soplillo y entonces nos acaban de rematar con ese ruido infernal. Señores gobernantes, ¿cuándo se harán cumplir las ordenanzas? Nos encanta vivir en La Llagosta, nos gusta que la gente salga de fiesta, que se divierta, pero siempre con respeto hacia los demás. El respeto empieza por uno mismo. Feliz curso 2014-15. Por medio habrá nuevas elecciones y todo esto pasa factura.
Elisa Palazón
Astérix
¿Han intentado ustedes pasar por el camino del cementerio al otro lado del río? No podrán. No hay pasaderos. La pasarela que había la quitaron los de las obras del AVE. La Llagosta, un espacio deteriorado por la industria y las carreteras, tiene su zona verde: la sierra de Marina. Nuestro espacio municipal se ha ido deteriorando y, para poner postre a este banquete, van y quitan la pasarela.
Paseantes y ciclistas ponen el grito en el cielo y no es para menos: les cierran la puerta que tenían y que les corresponde para disfrutar de un espacio verde a las puertas de sus casas. El camino de Can Donadéu es un paso natural histórico que comunica La Llagosta con la zona de Cabanyes, donde reside nuestro patrimonio histórico (iglesia, masías, pozo de hielo, otros restos, espacio natural) que deberíamos visitar para conocer y disfrutar. Los escolares también realizan excursiones para conocer la sierra de Marina. Con la desaparición de la pasarela estas actividades quedan cortadas de cuajo; una prohibición no tendría un efecto tan contundente. Los días de retraso en la reposición de la pasarela son días perdidos. Sí, amigo Astérix, están locos estos romanos.
José Luis Mediavilla Alonso